Un lugar redondo, sin principio ni final.
Encuéntrome en los pensamientos que pensé hace un rato.
Encerrado en el círculo imaginario, el tiempo no existe (y soy feliz).
Voy y vengo, vengo y vuelvo a ir, curvado.
Sólo presente. No tienen lugar, futuro ni pasado.
Me recluyo más y más en reflexiones acompasadas.
Y muero, como mueren las ideas desamparadas, solas.
Por Agustín D´Alessandro
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